“La Salud: derecho fundamental para “toda” la humanidad”.
Cuando hablamos de Igualdad no hablamos solamente de equilibrar posiciones entre mujeres y hombres, hablamos sobre todo de justicia social, de asegurar uno de los derechos fundamentales de la humanidad a toda persona, independientemente de su edad, condición o sexo.
Afortunadamente en España contamos con un sistema que asegura la asistencia sanitaria a todas las personas por encima de esas variables. Pero nuestro derecho a la salud no es solamente poder contar con esa asistencia sanitaria universal, sino que pasa por aspectos más complejos relacionados con la prevención en muchos campos y por una mejora de la calidad de vida que nuestros pueblos y ciudades nos ofrecen para que dicha salud no se deteriore por factores externos que, según los últimos estudios, son los que más inciden en la pérdida de la misma.
Ante un aspecto tan importante en el devenir diario el día 7 de abril se conmemoraba el Día Mundial de la Salud.
Desde el departamento de Igualdad de la Concejalía de Mujer, Sanidad y Servicios Sociales del Ayto. de Astorga queremos recordar que también la Salud puede ser – y de hecho es – un elemento discriminatorio para las mujeres a nivel global. No hay más que pensar en prácticas tan insalubres y discriminatorias como las ablaciones a las que aún son sometidas tantas mujeres, la desnutrición de tantas madres africanas que son la única posibilidad de supervivencia de sus bebés a costa de su propia vida, las violaciones de niñas vírgenes a las que aún son sometidas muchas mujeres de países africanos y orientales ante la absurda creencia de algunos hombres de que así se pueden librar del SIDA, el importante número de mujeres “con burka” que no pueden ser reconocidas ni atendidas adecuadamente por los médicos… Y eso sin hablar de que siguen siendo las principales víctimas de los conflictos bélicos y sus consecuencias en los distintos lugares del mundo, que siguen careciendo de muchos otros derechos básicos y un largo etcétera de aspectos que inciden negativamente sobre su salud individual a nivel global. Ante lo expuesto todavía habrá quien piense que estas cosas no ocurren “en el mundo desarrollado”, que aquí las mujeres vivimos más. Esta afirmación es cierta para muchos países del mundo, independientemente de su grado de desarrollo. Concretamente en España actualmente la esperanza de vida femenina se sitúa entre los 80 – 83 años mientras que para los hombres lo hace entre los 73 y los 76 años. Sin embargo los estudios médicos afirman también que la calidad de vida de las primeras se encuentran – en líneas generales- bastante por debajo de la de los hombres, porque en muchos casos sufren secuelas derivadas del propio ejercicio de la maternidad, de un exceso de preocupaciones y responsabilidades hacia todos los miembros de la familia, de determinadas carencias, de buscar el equilibrio entre las tareas caseras y el trabajo fuera del hogar, de la desigualdad de condiciones a nivel laboral existente hasta hace bien poco, de la violencia de género ejercida sobre ellas de mil maneras diferentes…
No es una queja. Es un nuevo elemento para la reflexión y un recordatorio para que pensemos que la Salud es el bien más preciado que tenemos y que es un derecho que debemos obtener “unas” y “otros”, ejerciéndolo por iniciativa propia y también exigiendo responsabilidades a quienes tengan influencia sobre el tema.
Porque la salud es algo que va más allá de lo físico y afecta a todas las facetas de nuestra vida, incluida nuestra capacidad de relacionarnos con los demás.
Mercedes G. Rojo (Agente de Igualdad)
