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Nuestra bienvenida al blog del Área de Igualdad de Oportunidades promovido por la Concejalía de Mujer, Sanidad y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Astorga.
En el mismo encontraréis espacios de participación, noticias sobre cursos, subvenciones, actividades,..., y otras propuestas que nos vayan llegando.

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"Final de temporada", de Boris Rozas Bayón . 3º Premio Certamen de Poesía "Con Esencia de Mujer", Astorga 2012

El ganador del 3º Premio en el Certamen de Poesía "Con Esencia de Mujer", nos llegó desde las vecinas tierras de Valladolid. A lo largo de la jornada descubriríamos, también, sus profundas raíces leonesas que le vienen por parte de sus padres.
Su nombre, Boris Rozas Bayón.
Enhorabuena, Boris.

FINAL DE TEMPORADA (3º Premio)

Había olvidado las líneas rotas de una mano quebrada por el agua
que derrama por la negra grieta de un hombre enterrado
en su nido de paja y trigo, hacia el amanecer del fin de semana
víspera de otro lunes de vergüenza envuelto en aire.
Emerge la duda a flote borrando la sonrisa, queda la llaga
que sujeta el alma por la negra grieta
de un hombre enterrado en el sudario de la existencia
eternamente en víspera de sí mismo.

Pudiendo amanecer a tu lado todos los días de mi vida
elegí la perenne ignorancia del ciprés,
hacerme de madera y ornamento
hombre rinconera, contracción de caracol
pudiendo amanecer
a tu lado y bañarme todos los días en tu orilla
hasta caer el sol desmantelado
a nuestros pies de barro y hojarasca.

Se enciende el mediodía a través de diminutos rayos que asoman
por entre las tiernas rosaledas del amor
en eclosión, una vez podados los recuerdos
de final de temporada. El pétalo gris de la noche
ha embalsamado nuestros cuerpos en aceite,
la rosa de té difumina tu esencia
hasta perderse
por las juntas de trapo de mi ausencia.

No entiendo la métrica de este verso
hecho de afecto sucedáneo, de la tibia llama
de un amanecer equivocado,
pastoreo por entre las vueltas de tu pelo
para salvar los muebles de mi vida.

Como una Sra. Dahlaway cualquiera dijo que compraría las flores
ella misma,
alborotada por tanta nieve en la trastienda de los años
echada a suertes la forma del abismo,
tocando a muerte la campana
del invierno, no hay arena suficiente
para meterse en los bolsillos,
no hay arroyo tan profundo.

Pudiendo amanecer a tu lado todos los días de mi vida
elegí la perenne ignorancia del ciprés,
cimbré a viernes de madera amarillenta, rolando
a sotavento hasta encallar en tu mejilla,
pudiendo haber servido como almohada
para el vuelo
hinqué la rodilla en tu nuevo continente
descubrí tu cielo de rímel y acuarela.