Durante la Semana de la Mujer que se celebró en Astorga el pasado mes de marzo, dos acontecimientos coincidieron en el tiempo y en el espacio (junto a muchos otros que en este momento no interesan para la perspectiva de este trabajo). Por un lado la exposición de pintura y escultura de la artista Charo Acera, mujer artista a la que se le dedicó esta Semana de 2010. Por otro lado la presentación del último libro publicado por Mari Fe Santiago Bolaños, escritora de sobra conocida en Astorga, destacando esta vez su faceta de filósofa.
Al leer su libro descubrí en el mismo toda una serie de reflexiones que venían muy a cuento con las sensaciones y reflexiones que la exposición de Charo Acera me provocaba sobre el mundo de la mujer y me pareció oportuno establecer algunos paralelismos. Son muchas más de las que voy a exponer a continuación pero creo que éstas pueden ser algunas de las más significativas. Era como si la una hubiera conocido la obra de la otra y viceversa y ambas hubieran trasladado a sus palabras o a sus creaciones plásticas parte del pensamiento que las inspiró.
Acerca de lo que suponen para la sociedad quienes se dedican al arte, dice Mari Fe Santiago en el libro “Wangari Maathai y otras mujeres sabias”, que publicó junto a Mónica Antequera:
“el papel del intelectual y del artista: imaginar alternativas, concebir estrategias creadoras que contribuyan a aumentar derechos porque se están propiciando espacios donde ejercer, con solvencia y valor, con compromiso y ganas, deberes”.
Eso es lo que nos ha ofrecido Charo Acera con su exposición “Mujeres de Aire, Agua, Tierra y Fuego” que complementó con la de “Paraguas Rojo”
Por un lado la protesta, el grito, la denuncia ante la situación de la mujer en tantas ocasiones, una situación que – como también se dice en este libro – “no discrimina entre las mujeres de los países pobres y las de los países ricos”.
Por otro lado, la vida, la esperanza, la fuerza de la palabra, la resistencia y la superación mostrada a través de rostros femeninos de distintas épocas, de distintas edades, de distintas culturas, de distintas partes del mundo…
Un doble mensaje que han sabido captar muy bien los chicos y las chicas que han pasado por esta exposición durante el mes de marzo, mirando con los ojos de los sentimientos, reflexionando, contándonos sus impresiones y reflexiones, que partían desde una mirada limpia, sin conocimiento previo de lo que la artista quería transmitir en su obra, para dejarse llevar por las sensaciones que despertaban en sus personas las piezas de una exposición a la que se acercaban de manera poco habitual, pues pudieron ver, reflexionar, interpretar, comentar…, para luego contrastar con lo que la artista había querido reflejar en cada una de sus obras. Niños y niñas de 5º y 6º de Primaria, y de 2º y 4º de la E.S.O., que llegaron desde el C. P. Blanco de Cela y desde el Colegio La Milagrosa a participar en una experiencia que pretendía acercarles al mundo artístico de las mujeres y al mensaje que algunas de ellas lanzan al mundo, no tanto como mujeres sino como creadoras, independientemente de su sexo, aunque éste influya en la forma de ver y abordar determinados temas, como es el caso de Charo Acera, que se ha ido impregnando en cada una de las piezas mostradas de la experiencia recogida de mujeres próximas pero también de mujeres anónimas que la han ido inspirando en todas y cada una de sus creaciones.
Como también aboga Mari Fe Santiago en el “A modo de invitación” de su libro, la obra de Charo es un claro ejemplo de esas obras convertidas “en el camino más corto, más profundo y más firme hacia la reconstrucción de una dignidad mancillada, hacia la reconstrucción psicológica de las víctimas, y hacia la confianza y autoestima que toda persona necesita para llegar a serlo. En una mezcla de imágenes envueltas en símbolos, en colores y en palabras.”
Charo: tras un mes viendo repetidas veces esta magnífica exposición, mostrándola a grupos de diferentes edades tengo claro que esta “protesta” ante muchas de las situaciones de la mujer en la vida de hoy en día que supone sobre todo tu “Paraguas Rojo” ha llegado al público creando a veces incomodidades entre las personas mayores. Pero los más jóvenes, las más jóvenes, han trascendido más allá entendiendo el mensaje, descubriendo la angustia, la necesidad de esconderse, la vergüenza…, pero también la fuerza, la vida, la belleza, las palabras sanadoras que trasmitías a través de la segunda parte de tu obra.
Según una sentencia empirista también recogida en este magnífico libro “las cosas, los objetos, sólo existen en tanto que son percibidos”. Tú nos has mostrado una realidad que a veces nos empeñamos en ocultar tras una cortina de humo, de desinterés, de palabras vacías, de actos banales. Gracias, Charo, por hacernos percibir el mundo de la mujer con tus cuadros y tus esculturas: su dolor, su vergüenza, su indefensión, que nos iguala a todas allá donde estemos. Pero también su fuerza, su diversidad, su amor, su ternura, su belleza, los lazos que las unen a la vida y al mundo, las palabras que nos hacen sabias.
Ojalá tu visión haya llegado más allá y no solamente a los grupos que han llegado con ojos inocentes y se han dejado llevar hacia la reflexión a pesar de una inicial extrañeza. Porque, tal como reza el principio vital que guía a Victoria Subirada (entregada maestra catalana más conocida como Vicki Sherpa, que ha llevado con su enseñanza una esperanza de vida a la infancia pobre de Katmandú) “SÍ PUEDO, SÍ DEBO, SÍ MEREZCO”. Y en tus obras, Charo, las mujeres nos demuestran que sí pueden, que sí deben, que sí merecen, … enfrentarse a los avatares de la vida y los enemigos que ésta les prodiga, amarse a sí mismas, creer en sus valores, …, QUE SÍ MERECEN QUE SE LAS RESPETE.
M.G. R.