Marifé Santiago introduciendo al grupo en la exposición. |
El pasado 6 de noviembre tuvo lugar la sesión mensual del Curso "Modernas, Vanguardistas y otras mujeres sabias" que bajo la experta batuta de Marifé Santiago Bolaños y Mercedes Gómez Blesa, se lleva celebrando en nuestra ciudad, de forma mensual, desde el mes de mayo. En esta ocasión con una importante novedad, el curso se volvió viajero y nos fuimos hasta Madrid para realizar allí una nueva sesión muy diferente al tiempo que sumamente enriquecedora. En esta ocasión también nos acompañaron algunos hombres que, creo, disfrutaron tanto de la propuesta como nosotras mismas. Con Marifé Santiago de "cicerone" un grupo de casi cuarenta personas, provenientes de distintos puntos de la provincia, nos sumimos en un intenso programa que pretendía complementar muchos de los aspectos que se nos han venido presentando durante el curso. Y, la verdad sea dicha, el esfuerzo y el cansancio acumulado mereció la pena. Tras desembarcar en Madrid alrededor de las 11'30 de la mañana, nuestra primera visita fue al Centro de Arte Reina Sofía. La elección: la exposición permanente donde pudimos descubrir algunas obras de Ángeles Santos, de Remedios Varo, de María Blanchard, compartiendo por fin espacio con algunos de sus compañeros de época, aunque en una representación mucho menor.
Junto a una de las fotos de Isabel Muñoz |
Después vino la exposición Dalí - Lorca, en Caixa Forum, donde el grupo fue muy bien recibido. Una exposición para disfrutar de forma repetida por el inmenso contenido que presentaba. Por sorpresa, nos encontramos con una magnífica exposición fotográfica de la fotógrafa Isabel Muñoz nuestra mujer artista de la Semana de la Mujer, 2009, sobre los derechos de la infancia. Y aunque no había tiempo para disfrutarla, algunas no pudimos resistir la tentación de entrar a darle aunque sólo fuera un rápido vistazo, y algunas otras para hacerse una fotografía de recuerdo alrededor de una de sus bellas imágenes.
Un momento de la comida, aunque no entrábamos tod@s |
Y tras tan intensa mañana, por fin la hora de comer, el grupo junto, en la Residencia de Estudiantes, como si desde el pasado los dueños de aquellos nombre que están en nuestras mentes nos hubieran invitado a compartir su mesa como era habitual que hicieran con ciertos compañeros y compañeras universitarios que compartían estudios pero no residencia, para poder disfrutar luego de las magníficas actividades culturales que desde esta institución se programaban continuamente. Con un trato exquisito por parte del servicio de restaurante, concluimos la comida con unos deliciosos postres que nos dieron la energía suficiente para iniciar la visita a la Residencia y las exposiciones que ahora mismo alberga. Los jardines evocando los sonidos del agua y la naturaleza, el aroma de las plantas aromáticas que penetran por los sentidos, la curiosidad asomándonos a la reproducción de las habitaciones que entonces habitaban, el salón de actividades... Y supongo que en la mente de much@s de nosotr@s la idea de todo lo que se perdió cuando la Residencia fue un día desmantelada por culpa de la guerra y con ella anulado para siempre un núcleo de creación, de enriquecimiento personal, de futuro...
En la sala donde se muestra el aspecto original de la Resi. |
En todo este recorrido, el fantástico apoyo de una magnífica guía que habrá de perdonarme el imperdonable olvido de su nombre entre tanto contenido. Una explicación muy didáctica y amena, que supo jalonar continuamente de anécdotas que nos acercaron un poco más las figuras de estos grandes personajes que formarán ya para siempre parte de nuestro propio imaginario.
Y llegó el momento de darle un giro al intenso día vivido. Un rato antes de las ocho de la tarde nos encontramos, siempre guiad@s por Marifé, ante la humilde puerta de un humilde teatro de cámara escondido en una de las callejuelas próximas a la zona de Atocha. Era el Teatro de Cámara Chejov, capricho personal del director Ángel Gutiérrez que ha sabido convertirlo en todo un proyecto de vida en el que se implican muchas cosas. Nos recibió, agradeció nuestra presencia y nuestro interés y durante un buen rato estuvo departiendo con todo el grupo, que no cesaba de preguntar y de escuchar.
Y llegó el momento de darle un giro al intenso día vivido. Un rato antes de las ocho de la tarde nos encontramos, siempre guiad@s por Marifé, ante la humilde puerta de un humilde teatro de cámara escondido en una de las callejuelas próximas a la zona de Atocha. Era el Teatro de Cámara Chejov, capricho personal del director Ángel Gutiérrez que ha sabido convertirlo en todo un proyecto de vida en el que se implican muchas cosas. Nos recibió, agradeció nuestra presencia y nuestro interés y durante un buen rato estuvo departiendo con todo el grupo, que no cesaba de preguntar y de escuchar.
Tras una jugosa conversación, la obra, inmensa en su sencillez, con una magnífica actuación de su protagonista que supo acercarnos el mensaje de la obra de Chéjov, haciéndonoslo totalmente actual .
Un intenso viaje que nos ha dado muchos elementos para seguir pensando, para bucear en el mundo creativo e intelectual de las mujeres que nos precedieron, más allá de las circunstancias personales de cada una ( e incluso de las sociales) y que ya ha provocado algunas reacciones como algunos de los textos que se acompañan, como resultado de tales visitas.